domingo, 10 de octubre de 2010

VIAJES EXTRACORPÓREOS

¿Qué sucede durante las experiencias extracorpóreas? ¿Se viaja por el mundo físico normal? ¿Tal vez por uno creado por el pensamiento? ¿Utilizamos nuestros ojos físicos o es nuestra imaginación la que crea la experiencia? Cada vez son más las personas que están encontrado respuesta a estos interrogantes: son proyectores que han aprendido a "desdoblarse" conscientemente.

"Llevo tres meses practicando las técnicas para salir del cuerpo que aprendí en un curso. Al principio me costaba mucho estarme quieta (sentía picores o incomodidad), pero desde el primer día me fascinó notar una gran variedad de sensaciones corporales totalmente nuevas. Las experiencias que he tenido han sido preliminares, pero muy interesantes. En una de ellas, sentí como mi doble etérico se separaba del físico al menos medio metro a la vez que escuchaba un ruido muy fuerte, como de una centrifugadora. En otra experiencia, sólo se proyectó mi conciencia: veía perfectamente y estuve 'paseando' por una ciudad en la que aparecí de repente, era como si yo estuviese en persona... Al volver a mi cuerpo fui plenamente consciente de todo lo ocurrido ya que en ningún momento había estado dormida. Sigo practicando las técnicas aprendidas y tengo la convicción de que con disciplina y voluntad podré dominar esta práctica tan fascinante y enriquecedora".

El anterior testimonio de Marta Sierra, doctora en ciencias físicas, no difiere en esencia del de muchas otras personas entrevistadas para la elaboración de este reportaje. Algunas de ellas se sorprendieron de forma repentina y espontánea fuera de sus cuerpos siendo niños o adolescentes, como la arquitecta Fabiana Cerato que tuvo serias dificultades para explicar a su familia las experiencias espontáneas que tenía de niña. Estas personas desean seguir explorando conscientemente esa "realidad extracorpórea" y aseguran que a la misma puede accederse con relativa facilidad. De hecho, algunas de ellas han tenido su primera experiencia tras tan sólo un mes de práctica y hay otras que lo han conseguido incluso antes, como Miguel Cirera, analista-programador de ordenadores: "El primer día que me hablaron de la salida fuera del cuerpo decidí probar y al primer intento salí inmediatamente". Esto no significa, sin embargo, que Cirera pueda acceder continuamente: "No lo consigo siempre a pesar de acostarme con esa idea todas las noches; va por temporadas. Hay meses en que no tengo ninguna y otras épocas una o dos por semana. La técnica que más uso es la proyección por estimulación de la pineal. Centró la atención y las energías en esa zona y desde ahí activo todo mi campo energético".

Otras personas han recurrido a técnicas de sonido (Hemi-Sync), como las empleadas en el Instituto Monroe (Virginia, USA), que permiten proyectarse rápidamente, sin entrenamiento. Carol Sabick Quinn lleva diez años trabajando con dichas técnicas y actualmente es instructora residencial en España de los cursos del mencionado Instituto. Nos cuenta que para proyectarse al principio empleaba la tecnología Hemi-Sync, pero luego le bastaba con sentirse fuertemente motivada: "Todo empezó a fluir de otra manera en un curso para aprender a ayudar a personas fallecidas que se han quedado enganchadas en la energía de la tierra (por no saber que han muerto, tener miedo a un juicio final, etcétera). Como había algo 'importante' que llevar a cabo, es decir, ayudar, ya no me preocupaba salir del cuerpo o no, simplemente me concentraba en conectar con estas personas y entonces salía con facilidad. Posteriormente, trabajando en la sanación a distancia me daba cuenta de que muchas veces estaba con la persona e incluso a veces me veían".

Con ánimo de investigar en su conciencia y aprovechando su gran facilidad para "volar", Teresa Losada, auxiliar de vuelo, también siguió los cursos oficiales impartidos en el Instituto Monroe cuando no era posible hacerlos en España, y gracias a las tecnologías de la neurociencia se sorprendió viviendo en "otra realidad" casi de continuo: "Al tratarse de cursos intensivos de una semana las experiencias se producían continuamente... parecía que estaba más tiempo fuera del cuerpo que en él... me sentía literalmente flotando en una dimensión energética menos densa". Tras sus primeras experiencias inducidas, Losada optó por aprender a proyectarse conscientemente y para ello ha seguido los cursos impartidos por el Instituto Internacional de Proyecciología y Concienciología, donde se enseñan técnicas de proyección sin la ayuda de aparatos. Su fundador, Waldo Vieira, lleva proyectándose desde los 9 años (ver Año Cero, nº 112) y ha dedicado buena parte de su vida a la investigación de las manifestaciones multidimensionales de la conciencia y a fomentar el control consciente de las experiencias extracorpóreas (EEC) como vía para una mayor plenitud existencial.

 "Actualmente sólo me proyecto cuando es preciso hacer 'asistencias directas', no necesito hacerlo para estar en contacto con los guías o amparadores cósmicos", contesta cuando le preguntamos durante su última visita a Madrid si se proyecta con mucha regularidad. A nuestra pregunta sobre cómo se puede acelerar este proceso para expandir la conciencia responde sin pestañear: "Practicando intensivamente y haciendo reciclajes continuos a diario... Nosotros no hacemos ninguna catequesis. Sólo enseñamos técnicas que funcionan y que son accesibles a cualquier persona que se sienta motivada y desee aprenderlas... No todas las técnicas sirven para todo el mundo, cada uno debe elegir aquellas con las que se siente más a gusto. La proyección se efectúa así con plena confianza".

Sin duda, resulta muy tentador probar alguna de estas técnicas a ver qué ocurre y no esperar a que la experiencia suceda espontáneamente mientras caminamos o trabajamos tranquilamente en el jardín. En los anales del Instituto de Investigación Psicofísica de Oxford, actualmente dirigido por Celia Green, una de las más prestigiosas investigadoras en el campo de los sueños y todas sus variantes, hay registrados numerosos casos de personas que tuvieron una EEC en situaciones muy diversas, desde conducir vehículos hasta cantar ante un auditorio pasando por extraer un diente. En casos así el cuerpo del sujeto puede seguir funcionando de forma aparentemente normal mientras parece estar observándose desde fuera.

Un viaje alucinantemente lúcido
Al margen de las mencionadas circunstancias que podrían considerarse de actividad "cotidiana", lo más habitual es que la experiencia se produzca en otras en que el cuerpo ha sufrido algún traumatismo grave: agotamiento extremo, accidente o enfermedad, pero también cuando está intoxicado con marihuana, una de las drogas que más fácilmente inducen la experiencia, según confirmó la investigación del investigador americano Charles T. Tart en 1971. En la encuesta que efectuó con 150 consumidores de esta planta descubrió que el 44% había tenido desdoblamientos. El consumo de la misma, sin embargo, no garantiza la experiencia y aún teniéndola lo más frecuente es que sea breve y difícil de controlar.

Los proyectores conscientes como Waldo Vieira aseguran que "el control es la clave para una experiencia fructífera y este se pierde cuando se utilizan substancias que alteran le mente". Eso le ocurrió al pintor José Adillo una mañana tras una clase de kárate: "Apenas había desayunado y al llegar a casa me puse a dibujar tras fumar un cigarro de marihuana. Hice un alto momentáneo y de pronto me vi desde atrás y desde arriba. Al principio sentí más sorpresa que susto, incluso se me ocurrió que podría visitar a mi prima que vivía enfrente, o salir a curiosear en el exterior. No tenía conciencia de haberme muerto ni nada parecido, pero regresé rápidamente a mi cuerpo porque lo novedoso de la experiencia me asustó. El regreso fue instantáneo, sin sobresaltos, igual que la salida. He tenido muchos sueños lúcidos, pero nunca más he vuelto a desdoblarme".

La psicóloga y parapsicóloga inglesa Susan Blackmore también tuvo una EEC bajo los efectos de la marihuana, pero en su caso fue tan intensa que le sirvió de punto de partida para una investigación sobre el fenómeno que culminaría en su libro Beyond the Body (1982). A pesar del tiempo transcurrido Blackmore recuerda bien muchos detalles de su experiencia según nos contó en Londres hace unos meses: "Desde el techo podía ver aparentemente el cuarto, todos los muebles y a mis amigos. Luego vi un cordón plateado desde el cuello de mi cuerpo allá abajo hasta el ombligo de mi doble arriba. Salí del cuarto atravesando las paredes y observé claramente el color rojo de los tejados y la hilera de chimeneas antes de volar a lugares más alejados como París, Nueva York y Sudamérica. Lo que resultó muy interesante fue comprobar al día siguiente que los tejados eran grises y no rojos; tampoco había chimeneas".

Al principio del "viaje" su cuerpo duplicado le pareció bastante sólido, pero luego empezó a alargarse y a encogerse al estilo de Alicia en el país de las maravillas. Estas transformaciones y la confirmación de que la realidad circundante no era como la había visto le hicieron concluir que todo había sido producto de su imaginación a pesar de haberle parecido una experiencia completamente real. ¿Sería efecto de la droga que había consumido? Es improbable, ya que estas sensaciones y otras igualmente raras o más son habituales también en proyectores conscientes (ver recuadro general). El testimonio de la citada Marta Sierra es buena prueba de ello: "He tenido dos tipos de desdoblamientos... En uno de ellos me siento de forma muy parecida a como soy en el cuerpo físico, es decir, 'tengo' brazos, piernas, cabeza, pero estoy flotando y no peso nada. Además oigo ruidos fuertes y extraños que no tienen que ver con la realidad exterior (habitación, etc...) donde estoy. El otro tipo de desdoblamiento que conozco es radicalmente diferente: tengo conciencia pura con visión, pero sin ningún cuerpo sutil que les acompañe. No hay sentido cinestésico ni sensaciones corporales de ningún tipo, ni siquiera audición (aunque curiosamente mi audición permanece con el cuerpo físico ya que puedo escuchar mi respiración y no se oyen sonidos extraños). La visión es totalmente realista, pero no puedo oír nada de lo que me rodea y tampoco siento el calor del sol ni el viento que corre: puedo ver el viento moviéndose en las ramas de los árboles, en el pelo y ropa de la gente pero no puedo sentirlo".

Precisamente estos dos tipos de desdoblamiento han sido clasificados por Celia Green: en las EEC parasomáticas el sujeto parece estar situado en un cuerpo duplicado más o menos parecido a su cuerpo físico, mientras que en las asomáticas el sujeto y su nuevo punto de vista no parece estar asociado a un cuerpo, es decir, siente que es una conciencia incorpórea.

Si durante la experiencia tenemos la impresión de que abandonamos el cuerpo físico y observamos el mundo desde fuera, resulta natural asumir que, al menos temporalmente, tenemos un doble que puede ver, oír (aunque no siempre, según nos contaba Marta Sierra), pensar y desplazarse. ¿Es ello indicativo de la existencia independiente del alma según afirman los defensores de la doctrina de la proyección astral? Esta doctrina no es la única que apoya la teoría de que algo abandona el cuerpo, pero no vamos a exponerla aquí ahora dado que ha sido ampliamente divulgada por teósofos y diversas corrientes esotéricas. En su lugar revisaremos brevemente la teoría psicológica según la cual la EEC es una experiencia metacórica en la que el ego niega la muerte inevitable del cuerpo físico mediante la manifestación del Yo al Yo. Aunque dicha teoría considera a la EEC más como un proceso psicológico que como una indicación de que el alma, el yo astral o lo que sea se separa verdaderamente del cuerpo, no significa que no valore esta experiencia tan notable, todo lo contrario. Gran número de psicólogos sostiene que las EEC proceden del estado mental denominado "sueño lúcido" (ver Año Cero, nº ), mientras que otros opinan que es una variante del mismo. Sin embargo, las cosas no terminan ahí.

Una experiencia metacórica
El psicólogo Stephen LaBerge, de la universidad de Stanford, ha señalado que aproximadamente en un 1% de los sueños lúcidos, muchas personas tienen la sensación de encontrarse fuera del cuerpo. Esta información se corresponde con los datos obtenidos por el antropólogo norteamericano Dean Sheils a finales de los años setenta en más de 67 culturas alrededor del mundo: en un 80% de las mismas el sueño era considerado como la vía más importante de experiencias extracorpóreas.

A pesar de estos datos, hay que tener en cuenta que la forma más típica de sueño lúcido es ciertamente distinta de la experiencia extracorpórea más típica. La EEC normalmente comienza de forma que parece una continuación del entorno del sujeto, pero luego prosigue con viajes espectaculares o un regreso al pasado. El sueño lúcido, en cambio, ofrece una imitación convincente de la realidad física pero no de un lugar especialmente familiar al soñador y tampoco suele incluir "viajes" a lugares distantes si bien la sensación de volar es frecuente.

Entre los investigadores que no aceptan la teoría del sueño lúcido o que se trata de una posible variante destaca Susan Blackmore. Para justificar su opinión se apoya en los resultados obtenidos en diversos experimentos en laboratorio (ver recuadro) realizados con ciertos sujetos especialmente dotados para proyectarse a voluntad como Robert Monroe, Keith Harary o Ingo Swann: los indicadores fisiológicos como el pulso cardiaco, los movimientos oculares y las ondas cerebrales reflejaban durante sus proyecciones que no se encontraban totalmente dormidos.

Es posible que la EEC no sea un sueño, pero si no es así, ¿qué es entonces? ¿Tal vez una "alucinación"? ¿Una experiencia metacórica, según denominó Celia Green a las experiencias en las que el perceptor reemplaza el entorno perceptivo normal por otro alucinatorio que suele ser una réplica convincente del mundo de la percepción normal?

Si efectivamente se trata de una alucinación no cabe duda de que posee un carácter "muy especial". Para empezar es muy estable ya que uno de sus rasgos fijos es su impresión de realismo y autenticidad. Esa impresión, no obstante, es ilusoria según nos aclara Hilary Evans, investigador de los estados alternados de conciencia: "Por real que parezca el cuerpo, el cordón y el entorno siempre pueden ser imaginados y ello no constituye una prueba de que tengamos un segundo cuerpo y mucho menos de que vivamos una experiencia sobrenatural".

Susan Blackmore ha intentado relacionar la EEC con una disrupción de los procesos cognitivos normales que son responsables de mantener nuestra imagen corporal, es decir, la imagen mental que tenemos de nuestros cuerpos y de cómo nos situamos en el entorno inmediato: "Si por algún motivo se produce una disrupción repentina de la información sensorial entrante, la mente tiene dificultad para mantener la imagen corporal que tenemos de nosotros mismos y entonces puede producirse una EEC". Su teoría, sin embargo, no describe adecuadamente cómo y por qué algunas personas pueden tener EEC conscientes.

Sin duda queda mucho por investigar en un campo aún bastante inexplorado por los científicos, pero así y todo disponemos de algunos datos "muy intrigantes" como los obtenidos por Charles T. Tart en los experimentos con hipnosis efectuados a finales de los setenta. Al parecer todos los participantes tuvieron EEC vívidas que parecían experiencias reales con desplazamientos a lugares que conocían, pero ninguno acertó a ver los objetos colocados en una mesa de laboratorio a pesar de haber hecho "viajes" al cuarto donde estaban encerrados con llave. En vista de estos resultados, Tart concluyó que bajo los efectos de la hipnosis la mente de la persona vive la EEC como si realmente estuviera fuera de su cuerpo cuando en realidad está alucinando, es decir, lo que ve es una ilusión. Esta explicación es rechazada por los que consideran que la experiencia posee un carácter "sobrenatural" dado que con frecuencia la información obtenida por los proyectores sobre el espacio exterior es correcta. Antes de sacar conclusiones veamos qué opina Hilary Evans: "Mientras que la información facilitada por las personas que han tenido la experiencia es con frecuencia correcta no siempre es así; a veces es demostrablemente incorrecta. Esto sugiere que la EEC, igual que la hipnosis o el trance mediúmnico es un estado alternado de conciencia en el que el acceso a información aparentemente obtenida de forma paranormal se combina con una tendencia a mezclar la información verdadera con la falsa de forma indiscriminada".

Dada la gran complejidad de la experiencia no sorprende que Tart haya tardado tanto tiempo en tener algunas ideas claras: "Tras décadas de reflexión sobre los resultados de mi propia investigación y la de otros sobre la naturaleza de la conciencia y los estados alternados, creo que en algunas EEC la mente puede, al menos parcialmente, situarse realmente en otro lugar que no es el cuerpo físico. En el extremo opuesto, como ocurrió con los sujetos hipnóticos cuya experiencia fue perfectamente real para ellos pero su percepción del cuarto de pruebas fue ilusoria, creo que una EEC puede ser una simulación. Eso no nos impide obtener a veces información de forma extrasensorial de tal modo que la simulación del lugar de la EEC sea exacta y verídica".

Lo que Tart quiere decir con todo esto es que, durante la EEC, la percepción que tenemos de nuestros cuerpos es en realidad una simulación compleja, una realidad virtual biopsicológica que sirve para asegurarnos la supervivencia, pero seguramente también algo más: "Aquellos que han tenido una experiencia al borde de la muerte o una extracorpórea saben que la mente o el alma es algo más que nuestro cuerpo físico. La identificación psicológica automática de nuestro cuerpo físico con la simulación construida por el yo ecológico es muy útil como instrumento de trabajo, pero no es la respuesta final", concluye Tart.

Entretanto se aclaran nuevos aspectos de esta rara experiencia, tal vez lo mejor sea ponerse a la tarea de obtenerla a voluntad. En este sentido, el IIPC, con sede en muchos países del mundo, está llevando a cabo una gran tarea. No sólo enseñan técnicas de proyección consciente sino que están contribuyendo a una mayor divulgación y comprensión de las EEC. Los coordinadores del IIPC de Londres -Wagner Alegretti y su esposa Nanci Trivellato- han puesto en marcha una encuesta en Internet con un cuestionario de 110 preguntas que cubre todos los aspectos posibles de la experiencia. Disponen de resultados parciales de dicha encuesta a la que han respondido ya cerca de 4.000 personas (consultar recuadro). Waldo Vieira se siente muy satisfecho por este y otros logros, en especial por la creación de la Academia Internacional de Concienciología, que empezará a construirse en breve en la localidad de Évoramonte, al sur de Lisboa: "Pretendemos que se convierta en un centro de vivencias multidimensionales, en un ambiente rural. Estará dotado de laboratorios de investigación, biblioteca, salas de estudios de la conciencia, etcétera. Será como una puerta europea para nuestros trabajos. Por otra parte estamos organizando nuestro 'Tercer Congreso Internacional' en Nueva York para el año 2002. En el mismo presentaremos oficialmente los resultados de las investigaciones más recientes del IIPC y su celebración coincidirá con la publicación en inglés de mi tratado Proyecciología".

Ensayo para la muerte
Muchos lectores se preguntarán qué interés puede tener entretenerse en estas experiencias de exploración fuera del cuerpo y sobre todo si no serán peligrosas. Son numerosos los escritos esotéricos que recomiendan mucha precaución en este tipo de prácticas por los riesgos que puede correr el cuerpo inconsciente que queda atrás, pero esto suena más a folclor supersticioso que a verdad. Es indudable que si se emplean técnicas de agotamiento físico extremo, inanición, sed, o cualquiera de los métodos conocidos para inducir el trance instantáneo, el peligro es tal que puede llevar a la muerte. Sin embargo, no es preciso recurrir a procedimientos tan extremos, ya que existen métodos que no implican riesgos. Los proyectores conscientes a los que hemos consultado no tienen dudas de que vale la pena intentarlo. Ya sean promotores de centros especializados o alumnos de los mismos, todos creen que se trata de una oportunidad única de experimentar y explorar más allá de los límites de los sentidos físicos, a la vez que se obtiene un conocimiento muy profundo sobre nosotros mismos y una clarificación del porqué de nuestra existencia.

La mayoría de estas personas suele coincidir, por ejemplo, en que les ayuda a perder el miedo a la muerte. A pesar de su escepticismo respecto a la posibilidad de que del cuerpo se desprenda un "doble etérico", Susan Blackmore también comparte esta visión: "Si me hubiera muerto en medio de mi EEC creo que no me hubiera importado lo más mínimo. La experiencia eliminó mi miedo a la muerte por completo".

Al preguntar a la auxiliar de vuelo Mamen Mosteiro si estas experiencias la han transformado y afectado en algún punto concreto de su vida señala que "sobre todo en el concepto que tenía de la muerte. El miedo que sentía me hizo buscar la forma de acercarme más a ese estado... meditación vipasana, cursos en el Instituto Monroe de Virginia y las inmovilizaciones de los laboratorios del CEAEC. Ahora sé que el cuerpo muere o se transforma en sustancia energética, pero la conciencia continúa".

Algunos testigos van incluso un poco más lejos al declarar que no sólo han perdido el miedo a la muerte sino que han experimentado la "inmortalidad". Antonio Moraga, instructor de Reiki y de proyecciones conscientes, es uno de ellos: "Estas experiencias me han clarificado ciertos patrones de conducta... me han permitido resolver muchas cuestiones como las relativas a quién soy y de dónde vengo... me han ayudado definitivamente a resolver el miedo a la muerte y me han hecho experimentar la inmortalidad aquí y ahora".

Teniendo en cuenta que al menos sobre este punto hay "consenso", tal vez deberíamos considerar a las EEC como una especie de "ensayo de la muerte". Sin embargo, según apuntaba Tart, la magnitud de la experiencia hace pensar que sirve más bien de "ensayo para mejorar la vida". La abogada Cristina Arakaki lo tiene muy claro: "Con las proyecciones lúcidas tuve oportunidad de cambiar mis valores y objetivos de vida por saber que soy mucho más que mi cuerpo físico. Con el trabajo de las energías concienciales tengo más seguridad, tranquilidad y confianza en mis acciones". A Amparo Arteaga León, autónoma, le han hecho "entender que existen otras realidades". A la cirujana dentista Andrea Albuquerque le han vuelto "más universalista... comprendo mejor el mundo y me siento más alerta". A Miguel Cirera le han permitido "agilizar mi evolución a la vez que transmitir el conocimiento adquirido... Han cambiado mucho mi vida pues he conseguido entender muchas más cosas del proceso evolutivo".

En esto último parecen coincidir casi todos los testigos. Elegimos la opinión de la psicóloga Paloma Cabadas como ejemplo significativo de algo que acontece a prácticamente todos los proyectores conscientes, es decir, aquellos que suelen repetir su experiencia de forma consciente con regularidad y, por tanto, están bastante familiarizados con ella: "Los cambios han sido notables, mayor auto-conocimiento, definición y significado en mi vida. Poder comprender y comprobar los procesos de la evolución, tener la certeza de la inmortalidad, saber que la evolución es esfuerzo y asistencia a los demás".

Por mucho que las vivencias extracorpóreas de estas personas tengan el componente de la simulación, según señalara Tart, lo que no pueden simular es su "sentir": todas ellas sienten que están en un proceso evolutivo muy profundo que no pueden frenar. En este sentido, el psicólogo transpersonal Chris Bache, que acaba de publicar su segundo libro -Dark Night, Early Dawn: Steps to a Deep Ecology of Mind- nos comenta que "las experiencias fuera del cuerpo son especialmente beneficiosas para el desarrollo espiritual individual. Las de santa Teresa de Jesús, por ejemplo, fueron muy dolorosas pero le ayudaron en un proceso de purificación. Gracias a ellas se desprende del alma algo negativo y nos ayudan a elevarnos".

Kenneth Ring, investigador de las experiencias cercanas a la muerte, nos contaba en Sausalito (California) que "estas experiencias nos permiten acceder a una clase de conocimiento al que he denominado 'visión de la mente' (mindsight). No se trata de la visión tal y como la entendemos, sino de una especie de omnisciencia que trasciende completamente lo que el mero hecho de ver podría aportarnos. En dicha visión no son los ojos los que ven, sino el yo interno que de repente contempla el mundo y ve sin ojos. Bajo estas condiciones, 'con las puertas de la percepción limpias', las cosas se nos presentan tal y como son: infinitas". Cuando le pregunto por qué cree que nos acontecen, su respuesta no puede ser más alentadora: "Nos ayudan a sobrevivir y en consecuencia a evolucionar", expresa con una sonrisa.




¿CUÁL ES LA NATURALEZA DE LO QUE SE DESDOBLA?
Las experiencias extracorpóreas suelen ser tan vívidas y parecerse tanto a la realidad cotidiana que las personas que las han tenido tienden a pensar que poseen un alma separable, tal vez ligada a un segundo cuerpo que sobrevivirá plenamente consciente tras la muerte. Esta creencia arquetípica -presente en los pueblos más diversos desde la antigüedad- sostiene en esencia que el alma humana, ya sea antes de la muerte física o después de la misma, está esencial e inseparablemente ligada a algún vehículo cuasi-físico que nuestros sentidos humanos no pueden percibir.

El hecho de que en ocasiones la persona que se "proyecta" en un lugar concreto alejado de su cuerpo físico sea vista en dicho lugar por alguien presente allí, se considera como una prueba de la existencia de ese supuesto cuerpo "duplicado", una especie de sustituto cuyas propiedades desconocemos pero capaz de transportar nuestros recuerdos supervivientes. ¿Estará compuesto de "bioplasma" dicho sustituto? Así lo sugirieron hace décadas los científicos soviéticos al referirse al sistema de energía que forma el yo supuestamente separable.

Muchos años atrás, en los años veinte, Hereward Carrington, uno de los más importantes investigadores de las EEC en este siglo, había propuesto que este cuerpo "etérico" o "astral" está compuesto por millones de "psicómetros" o pequeños focos de energía psíquica encargados de vitalizar las células. Carrington calculó la densidad de dicho cuerpo y la fijó en aproximadamente una millonésima parte del cuerpo físico. "Su peso es tal que flotaría fácilmente en la atmósfera física si fuera liberado", escribió.

Ideas similares respecto a que el cuerpo astral o sidéreo es un vehículo ligero, luminoso y translúcido se encuentran recogidas en los filósofos neoplatónicos y en las escuelas de la tradición hermética, pero modernamente se tiende más a pensar en la "mente" cuando se hace referencia a experiencias extracorpóreas. Así lo ha explicado el investigador americano Scott Rogo: "La mente puede ser un tipo de energía y cuando abandona el cuerpo quizá lo haga utilizando esa energía como vehículo". Tal vez una de las funciones de ese vehículo sea transportar el alma o tal vez el alma, como ha sugerido el investigador y filósofo francés Bertrand Méheust, esté potencialmente presente en el espacio. Esa impresión se tiene a veces cuando se analizan las implicaciones de muchos de los fenómenos relacionados con las experiencias extracorpóreas como el de la "clarividencia viajera".



INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
En las últimas décadas se han efectuado algunos experimentos científicos para determinar si alguna forma de energía psíquica puede temporalmente abandonar el cuerpo. Los resultados hasta la fecha han sido bastante equívocos y en cierta medida frustrantes. Aunque se han registrado éxitos aparentemente espectaculares, no han sido lo bastante consistentes como para aceptarlos o rechazarlos. Seguidamente se detallan los estudios y experimentos más destacados:
  • En 1954, Hornell Hart, de la universidad de Duke, realizó una encuesta entre 155 estudiantes: el 27.1% declaró haber tenido una EEC.
  • Celia Green, fundadora del Institute of Psychophysical Research de Oxford, efectuó dos encuestas. En la primera (1966) estudió una muestra de 115 sujetos de los que el 19% dijeron haber tenido experiencias extracorpóreas. Un año después el estudio efectuado sobre 380 sujetos reflejó un 34% de experiencias. Green comprobó que la incidencia de las EEC disminuía a medida que avanzaba la edad, pero se manifestaba de forma espontánea o en diversas situaciones de estrés o traumatismo en todas las edades.
  • En 1971, Charles T. Tart registró un 44% de experiencias en 150 consumidores habituales de marihuana.
  • John Palmer y Michael Dennis efectuaron en 1975 una encuesta entre 700 estudiantes y 300 residentes de Charlottesville (Virginia). El 25% de los estudiantes y el 14% de los residentes declararon haber tenido experiencias extracorpóreas.
  • El geólogo británico Robert Crookall publicó entre 1964 y 1971 varios libros en los que catalogaba y analizaba cientos de casos de proyecciones procedentes de individuos de todas las edades y profesiones. Gracias a su esfuerzo se ha ampliado nuestro conocimiento y comprensión sobre la variedad y consistencia de los tipos de ECC.
  • En los años setenta, tres médicos norteamericanos de Kansas, Glenn Gabbard, Stewart Twemlow y Fowler Jones dirigieron un proyecto de investigación sobre las EEC. Lo iniciaron con una petición de testimonios a los lectores del National Enquirer y obtuvieron 1.500 cartas. Twemlow solicitó a los lectores que rellenaran unos cuestionarios y completasen unos informes psicológicos. Finalmente consiguió analizar detalladamente 339 casos. Resultó interesante comprobar que las personas que habían hecho meditación eran más propensas que otras a tener estas experiencias. Los resultados de su investigación fueron presentados en 1980 ante la Asociación de Psiquiatras Americanos.
  • A mediados de los años sesenta el doctor americano Charles T. Tart inició una serie de experimentos en laboratorio con sujetos dotados. Robert Monroe, posterior fundador del Instituto Monroe y creador de la tecnología Hemi-Sync, fue uno de ellos. Tart comprobó que durante las supuestas proyecciones Monroe mostraba características físicas de sueño y relajación y no las registradas habitualmente en estado de casi muerte. En general sus EEC ocurrían en unión de un estado hipnagógico deliberadamente producido. El predominio de ritmos cerebrales theta mezclados ocasionalmente con ritmos alpha mostraron un intrigante paralelismo con los registrados mediante encefalograma en los maestros avanzados de Zen durante la meditación. En general, aunque hubo algunos aciertos en determinadas pruebas de identificación, los resultados no fueron concluyentes porque podían haberse obtenido igualmente mediante telepatía, clarividencia o psicoquinesis. Nuevos experimentos con otro sujeto -la señorita Z- mostraron que aunque había sido capaz de identificar "objetivos" de prueba en diversas ocasiones y que no había estado soñando durante las experiencias, los aciertos podían haberse debido igualmente a percepción extrasensorial.
  • En 1973, el doctor Robert Morris de la Psychical Research Foundation experimentó ampliamente con el estudiante Keith Harary. En algunas de las pruebas Harary resultó asombrosamente preciso en la visualización y descripción de objetos. En otros casos su precisión fue escasa, pero acertó cuando los objetivos eran personas. Entonces podía reproducir el lugar donde se sentaban y el número de personas presentes. En ocasiones los participantes llegaron a ver o a sentir la presencia de Harary en la habitación. Al parecer también la sintió su gato en las pruebas que se hicieron con él, pero ninguna de ellas arrojó indicios suficientes que demostraran que la separación del cuerpo había tenido lugar, si bien las medidas fisiológicas confirmaban que la EEC se manifestaba en un estado definido.
  • En los años setenta, el doctor Karl Osis de la American Society of Psychical Research efectuó experimentos con el artista Ingo Swann para comprobar si podía establecer una relación entre la visión EEC y la capacidad visual física. Aunque Swann describió los objetos de prueba con gran precisión tuvo dificultades con números y letras. Sin embargo, Osis concluyó que las capacidades de Swann diferían bastante del modo fragmentario en que habitualmente se procesan y reciben mensajes mediante percepción extrasensorial (PES).
  • En 1978, Karl Osis y Donna McCormick hicieron nuevos experimentos con aparatos capaces de emitir imágenes ópticas. El sujeto elegido fue el médium Alex Tanous, supuestamente capaz de proyectar su doble. De un total de 197 intentos, Tanous logró identificar los objetos en 114 ocasiones. Por otra parte, cuando Tanous intentaba proyectarse provocaba reacciones en detectores de vibraciones. Aunque ninguna prueba fue concluyente, hubo evidencias de EEC en su caso.
  • Tras la publicación de sus experiencias extracorpóreas en 1971, Robert Monroe realizó una serie de experimentos de inducción de la EEC con sonidos que afectaban las ondas cerebrales. En 1975 obtuvo la patente del Hemi-Sync¸ sonido que sincroniza los hemisferios cerebrales e induce fácilmente la experiencia. Su programa Gateway Voyage, permitía a los participantes alcanzar niveles expandidos de conciencia.


VEINTE PASOS PARA SALIR DEL CUERPO
Aquellos neófitos que no deseen esperar a que la EEC les acontezca de forma espontánea -las estadísticas señalan que sólo una persona de cada tres suele tenerla- el mejor camino es el del esfuerzo consciente.

Un porcentaje elevado de personas que han practicado técnicas a diario generalmente han tenido su primera experiencia un mes después, pero para ello es preciso mucha preparación mental y auto-control además de paciencia. Yram, un ocultista francés del siglo pasado que aprendió a proyectarse a voluntad, sugería que para tal fin hacía falta buena salud, vida apacible, facilidad para relajarse y preparación física. Los experimentos en laboratorio han mostrado que lo ideal es un estado de relajación física y alerta psíquica, pero no existen reglas fijas.

Recomendaciones básicas:
  • Si uno se toma en serio la práctica de la proyección, tiene que dedicar cierto tiempo del día a la misma. Diez minutos diarios pueden ser suficientes pero es preciso estar relajados: no puede practicarse con prisa ni ansiedad.
  • Es conveniente que antes de los ejercicios el estómago esté vacío y, preferiblemente, no haber comido en cuatro horas.
  • Es esencial practicar en un cuarto tranquilo donde nadie pueda molestarnos.
  • Las mejores horas para la práctica parecen ser una hora antes de la medianoche y hasta las tres de la mañana, pero a muchas personas les funciona mejor al despertarse.
  • La climatología puede influir en la primera etapa: las tormentas y una humedad ambiental elevada son contraproducentes.
  • Un estado de alerta mental, incluso de ensueño, ayuda a "desconcentrar" la conciencia.
  • Un fuerte deseo de proyectarse y la visualización de uno mismo proyectado favorecen la experiencia: ¡practique la auto-sugestión!".
  • La mayoría de las personas que tienen la experiencia por primera vez, ya sea espontánea o inducida, incluso cuando es consciente, sienten miedo en el momento de la separación, pero a veces esta ocurre de forma tan instantánea que el miedo sobreviene después, cuando se ven desde arriba. Una de las mejores formas para superar dicho miedo es repetir sin cesar alguna afirmación: "Estoy protegido, todo va bien", por ejemplo. Tras varias veces de experiencias con éxito, el miedo disminuirá y acabará por desaparecer. Para aumentar la claridad y la movilidad, sólo hay que desear (verbal o mentalmente) regresar al cuerpo.

EJERCICIOS PRÁCTICOS
La práctica de los ejercicios que se exponen seguidamente no garantiza una proyección (para tal fin es preferible seguir alguno de los cursos impartidos por los diferentes centros citados en este reportaje), pero orienta sobre los pasos básicos a seguir. A personas muy predispuestas que sigan este entrenamiento con regularidad puede ayudarles a obtener una proyección.

Visualización previa:
Esta es la clave para la proyección y exige el poder de la imaginación sostenida. Puede elegir un dibujo o un objeto tridimensional (hemos elegido un libro para nuestro ejemplo). El ejercicio se efectúa con los ojos cerrados, primero sin movimiento y luego con movimiento; luego se visualiza con los ojos abiertos. Debe hacerse alternativamente.

Cómodamente sentado y en un cuarto tranquilo coja el libro, examínelo por fuera cuidadosamente, prestando atención a la portada ilustrada, al título, al lomo y a la contraportada. Cierre los ojos e imagine que el libro se encuentra sobre una mesa al nivel de los ojos. Visualice que está caminando alrededor de libro de forma que vaya viendo las diferentes partes que lo componen a medida que camina. Practique este ejercicio tantas veces como quiera y con tanta frecuencia como pueda. Cambie de objeto de vez en cuando.
Paralelamente a la práctica de la visualización y preferiblemente a continuación de la misma, puede realizar ejercicios específicos visualizándose fuera del cuerpo.

Visualización del doble etérico:
  1. Túmbese cómodamente en un cuarto cálido, en semipenumbra y a solas.
  2. Cierre los ojos. Tome plena conciencia de su cuerpo y de cómo se siente mentalmente.
  3. Imagine flujos de energía circulando a través de su cuerpo.
  4. Respire controlada y relajadamente.
  5. Mantenga un estado de conciencia sutilmente alerta.
  6. Imagine que unas manos le masajean el cuerpo lentamente, desde los pies hasta la cabeza.
  7. Explore qué es lo que captan sus sentidos: concéntrese en el latido de su corazón y escuche su respiración; huela su propio cuerpo.
  8. Imagine una línea vertical de energía en el centro de su cuerpo y sienta la energía desplazándose de abajo arriba.
  9. Imagine que está sentado en otro lugar de la habitación y véase a una distancia de unos pocos metros de su posición actual. Visualícese con todos sus sentidos en otros lugares estratégicos diferentes.
  10. Haga el mismo ejercicio tumbado con los pies mirando hacia la puerta.
  11. Haga lo mismo al revés: imagine que su cabeza está orientada hacia la puerta y sus pies en la dirección contraria.
  12. Deje que su cuerpo se siente pesado y su mente ligera. Debe perder por completo la sensación de la presión de su cuerpo contra el suelo o la cama y la almohada contra su cabeza.
  13. Imagine que su cuerpo se eleva en el aire a unos centímetros del suelo y que flota.
  14. Desde su posición supina imagínese levantado de pie y mirándose. Debe intensificar este pensamiento como si su conciencia estuviera siendo transferida al observador.
  15. Concéntrese en la sensación de abandono del cuerpo mientras el cuerpo físico permanece inmóvil.
  16. Seguidamente comience una serie de visualizaciones con movimientos sencillos sobre el segundo cuerpo, pero ahora con los ojos semicerrados (mejor aún si se concentra con ellos abiertos): eleve la mano etérica con la palma hacia fuera y sin pensar en la mano física imagine que ve sus contornos. Después véala con nitidez y muévala a cierta distancia de usted.
  17. Siga haciendo lo mismo con el resto de su cuerpo, poco a poco. De esta forma, cuando visualice a su doble alejándose por la puerta su visión se moverá simultáneamente. Así se identificará con su doble etérico y seguirá sus pasos.
  18. Cuando se quiere explorar demasiado aprisa uno se despierta enseguida, así pues camine y no corra. Un sonido de clic parece acompañar el paso fuera del cuerpo de forma que no hay que alarmarse si se experimenta. Es parte del proceso de transición. La gravedad y las leyes físicas no parecen funcionar aquí.
  19. Una vez que se está "fuera" uno es libre para explorar el mundo no físico. Pregúntese: "¿Está esto ocurriendo o estoy soñando?
  20. Desplácese viajando a lugares distantes y vea lo que ocurre. Cuando regrese a su cuerpo revise la experiencia y su grado de conciencia durante la misma. ¡Feliz viaje!
Referencias:
Keith Harary y Pamela Weintraub: Experiencias extracorpóreas en 30 días. Editorial Edaf, 1990.
Denning Phillips: Proyección astral. Llewellyn Español, 1998.
Sylvan Muldoon y Hereward Carrington: La proyección del cuerpo astral, E. Kier, 1992.

Publicado en Año Cero, nº 87, septiembre 2002, páginas 72-75.
© Isabela Herranz

2 comentarios:

  1. ESTOS VIAJES YO LOS HACIA EN FORMA INCONSCIENTE HACE AÑOS, PERO DESDE QUE ME CASÉ YA NO ME HA PASADO, A QUÉ SE DEBERÁ?, FELICIDADES POR TU ARTÍCULO, MUY COMPLETO.

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  2. Me gustó mucho, a mi me pasó de experimentar tanto sueño lúcido como proyección astral. ¡Es fascinante!

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